Mi abuelo invernadero

Esta semana pasada que vino mi abuela de visita me contó algunas historias interesantes.. esta es una de ellas, acompañada de una rápida ilustración… Está bien mal escrito pero lo escribí con pluma y no quería tachar mucho (y sí, esa es mi letra… don’t judge me), lo transcribo a continuación como viene en el dibujo:

“Mi bisabuelo invernadero”

Mi bisabuelo era un hombre muy sano. Dice mi abuela que a los ochenta años seguía sentándose de cuclillas.

Un día mientras comía un níspero japonés comenzó a toser y se le fue una semilla al pulmón.

Como sentía que no podía respirar bien lo llevaron a sacar unas radiografías. Pero cuando apareció la mancha en los estudios el doctor le diagnosticó una hernia. A mi bisabuelo le daba mucho miedo confesar que era una semilla porque creía que si lo operaban se moriría.

Durante un año vivió atado a un tanque de oxígeno, día y noche. No podía comer mas que papilla.

Un día comenzó a ahogarse con la comida y mi abuela y sus hermanos corrieron a darle palmadas en la espalda.. ¡PAZ! ¡PAZ! ¡PAZ! y salió la semilla volando.

La recogieron y vieron que ya tenía crecidas raíces. Había crecido con la humedad y oxígeno de sus pulmones. Ese día mi bisabuelo dejó de necesitar el tanque.

Pocos meses después murió mi bisabuelo de una insuficiencia renal.

Tantos meses con falta de oxígeno mataron sus órganos. Pero él no hubiera hecho las cosas diferentes.

Así como él guardo esta semilla, la semilla también creció en él secretamente.